sábado, 12 de febrero de 2011

-Por favor, un café.
- ¿Azúcar o sacarina?
- Sal.
- ¿Perdona?
- Perdono; sal, si, he dicho sal.
El reloj de tus agujas inmovilizó su camino.
- ¿Puedo sentarme con usted?
- Si, ¿por qué no?
- Me llamo Marcos.
-Debora, encantada. (Nos estrechamos la mano izquierda)
- Bonito lunar el de tu cuello.
- No me robes las palabras.
- Jodido Deyabú, ¿son esas tus palabras?
- No vayas por delante de mi.